El intestino es responsable de regular varios sistemas del cuerpo humano.

Una tendencia creciente en el mundo es el mercado de productos veganos y vegetarianos, productos que apuntan a dietas sostenibles y saludables con un aumento en el consumo de verduras, con predominio de la carne roja y sus derivados, ya que se basa en plantas, que son la principal fuente de antioxidantes beneficiosos.

Se sabe que los trastornos mentales como la ansiedad y la depresión están extremadamente presentes en varios perfiles clínicos. Dentro del tratamiento clínico, el seguimiento con profesionales relacionados con la salud mental (psicólogos y psiquiatras) es la mejor orientación. ¿Y por qué no incluir al nutricionista en esta lista? Después de todo, la evidencia reciente informa de la existencia de una relación directa entre el intestino y el eje cerebral.

Los trastornos de ansiedad son el grupo más común de enfermedades mentales. Brasil lidera el mundo en cuanto a prevalencia de ansiedad (OMS, 2017). Hay varios factores que contribuyen a la ansiedad, incluidos los cambios hormonales, la genética y el estrés.

En los últimos años, gran parte de la investigación sobre la creatina (Cr) se ha centrado en su papel como fuente importante de energía para la contracción muscular durante actividades físicas o deportivas de alta intensidad, y se sabe que el aumento de su concentración plasmática promueve una mayor formación del complejo de fosfocreatina (CrP) en el tejido muscular y, por lo tanto, aumenta la energía disponible durante el ejercicio, prolongando la capacidad de trabajo intensivo del músculo esquelético, retrasando la fatiga muscular y promoviendo un mejor rendimiento.

Se sabe que la salud cerebrovascular, durante la senescencia, sufre cambios significativos en su funcionalidad. Y entre las implicaciones observadas, destaca el envejecimiento cognitivo.

En la actualidad, los aspectos relacionados con la salud mental, como los trastornos del sueño, la ansiedad, la depresión y el deterioro cognitivo, afectan significativamente a la calidad de vida de un número cada vez mayor de personas.

Los efectos de las enfermedades críticas/agudas en la microbiota humana ya son bien conocidos, dada la necesidad, en muchos casos, de utilizar antibióticos de amplio espectro.